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SALVADOR RAILWAY COMPANY LTD.

Empresa que tuvo a su cargo la construcción de las primeras vías ferroviarias de El Salvador (1881 a 1882), entre el puerto de Acajutla y la ciudad de Sonsonate. Finalizada la primera obra, creó la conexión ferroviaria entre las ciudades de Santa Ana y San Salvador (1883 a 1889). La conexión de Sonsonate con San Salvador sería desarrollada ocho años más tarde (1895 a 1897). La empresa operó bajo el nombre de Salvador Railway Company Ltd. de 1897 a 1975.

El mandato de creación de la empresa, tal como fuera publicado por los medios de prensa en 1899, declaraba que:

 

Esta Compañía ha sido formada, principalmente, con el propósito de adquirir de la Central American Public Works Company (Limited) la concesión otorgada por la República de Salvador para los ferrocarriles que se muestran en el mapa acompañando el prospecto, junto con las ferrovías y los edificios, material rodante, tiendas y otras propiedades que le pertenezcan.

 

La línea tiene aproximadamente 100 millas de longitud, de las cuales unas 73 millas ya están construidas, equipadas y en operación, entre el Puerto de Acajutla y la Ciudad de Santa Ana (la Terminal de Occidente), con una bifurcación a La Ceiba. Una sección adicional de unas 24 millas se encuentra en proceso de construcción, bajo contrato con el Sr. Albert John Scherper, y debe terminarse para el 31 de mayo de 1900. La sección se extiende de Sitio del Niño (en la línea principal) a San Salvador, la capital de la República. La primera sección de 12 millas de la vía permanente ha sido finalizada y abierta para el tráfico público. La mayor parte de las vías, puentes y equipos para lo restante han sido comprados y se enviarán junto con lo demás. Un ramal corto, de aproximadamente 1 1/4 millas, hacia el nuevo Puerto de Acajutla, el cual cuenta con instalaciones físicas más amplias para los envíos, comparadas con las del puerto antiguo, también han sido contruidas y forman parte de la línea a que será entregada. Cuando los ferrocarriles se hayan completado, existirá comunicación ferroviaria entre San Salvador, la capital de la República, y ambos puertos, el antiguo y el nuevo puerto de Acajutla.

La concesión adquirida tenía un plazo de 80 años, contados a partir de abril de 1894. El precio que el vendedor fijó para la concesión fue de £1,160,000 y el Gobierno de El Salvador asumió el compromiso de un subsidio anual de £24,000, el cual sería cargado deduciendo un 15% de todos los impuestos de importaciones marítimas y la diferencia, si hubiera, de los ingresos nacionales. Los Directores de la empresa, al momento de anunciar su conformación, eran: 

 

  • PRESIDENTE:   Frederick Neild, Esq., Director de la Central Argentine Railway Company (Limited).

  • VICE-PRESIDENTE: William Macandrew, Esq., Presidente de el London Bank of Mexico and South America (Limited).

  • Mark J. Kelly, Esq., Consúl General de Salvador para el Reino Unido.

  • Charles Laudeur, Esq., 53. Old Broad-street, London, E.C.

  • Alfred R. Smith, Esq., Director de la Costa Rica Railway Company (Limited).

  • Ludwig Sanders, Esq., de Messrs. August Sanders and Co. de Hamburgo.

  • Maurice Ulcoq, Esq., de Chalmers, Guthrie, and Co. (Limited).

 

Respecto a la importancia de la obra para la economía del país, las Notas de Viaje en Centroamérica, publicadas en 1912 por la Unión Panamericana, incluirían el siguiente comentario:

 

(...) La capital, San Salvador, se alcanza desde Acajutla en seis horas, por medio de un ferrocarril (británico) espléndidamente equipado y administrado. Mi recomendación sería usar San Salvador como oficinas centrales y de ahí regresar por una semana o dos, según las condiciones, a Sonsonate, Santa Ana o cualquier otra ciudad que prometa buenas oportunidades.

 

Este es un momento conveniente como cualquier otro para compartir la población aproximada de las principales ciudades de la República. San Salvador tiene cerca de 60,000 habitantes; Santa Tecla o Nueva (New) San Salvador, 18,000, un hermoso y próspero suburbio de la capital, conectado con ésta por un servicio de ferrocarril corto, el cual completa el recorrido en cuarenta y cinco minutos, y por una vía de automóviles [carretera] casi finalizada; Santa Ana, 53,000; Sonsonate, 17,000; La Libertad, 3,000; Acajutla, 1,500 - todas estas ciudades pueden ser alcanzadas desde la capital, aunque a La Libertad solamente con mula.

Parte de lo que presentaría a El Salvador como un destino atractivo para el comercio fue el desarrollo de sus puertos y vías de comunicación terrestre. Los vapores preferían, frecuentemente, llegar al puerto de La Unión, sin pasar por Amapala, pues dicho destino podía ser alcanzado, en tiempos relativamente cortos, por botes o sobre mulas. Cuando se inaguró el servicio de conexión entre Sonsonate y San Salvador, los vapores planificaban su itinerario para alcanzar Acajutla temprano por la mañana, a efecto de que los pasajeros lograran tomar el ferrocarril de las 10:15. 

 

Las opciones más atractivas para los viajeros consistían en ingresar al país por Acajutla para luego de llegar a la capital moverse al interior del país, por tren y sobre mulas, o ingresar por Acajutla para visitar el occidente del país, usando los medios antes mencionados, y trasladarse hacia La Unión utilizando el servicio de vapores. Quienes se trasladaban al oriente sobre mulas, tenían la oportunidad de hacer negocio con las poblaciones intermedias, algunas de las cuales resultaban bastante atractivas para el desarrollo de nuevas oportunidades de negocio.

En adición al servicio de ferrocarril, la Salvador Railway Company operaba un servicio de vapores, los cuales salían cada nueve días de Corinto, Nicaragua, para recorrer la ruta hacia San Francisco, pasando por los puertos de Honduras, El Salvador, Guatemala y México.

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